Dices que no estás
Pero apareces
Quemas la puerta
Retienes la llave
Entre tus dientes, jadeas
Y zahieres
Olvidándote de tantas delicadas grafías
Unos labios regidos, militantes
Fervientes y asqueados
Si no estás, no te interpongas
El círculo se detiene ante los tropiezos…
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